El alcalde se queda encerrado dos horas en el ascensor del monte de San Pedro
El ascensor del monte de San Pedro -un multimillonario proyecto que el alcalde heredó de su antecesor- dio ayer un buen susto a Javier Losada, que se quedó encerrado durante más de dos horas en la esfera de un elevador que sólo logró elevarse una veintena de metros.
Era media tarde cuando el alcalde, su chofer y su jefe de prensa, acompañados por técnicos de la empresa responsable del ascensor panorámico, se atrevieron a hacer de conejillos de indias para demostrar que el ascensor funciona perfectamente. El aparato, que costará al Ayuntamiento 3,5 millones de euros (casi 600 millones de pesetas), un 26,8% más de lo inicialmente previsto, ya debía haber entrado en servicio hace varios meses, pero "problemas técnicos", según la Xunta, o "de agenda", según el alcalde, impidieron hasta ahora cortar la cinta inaugural.
Javier Losada optó ayer por hacer caso omiso a la falta de permisos técnicos y decidió probar personalmente el aparato. El resultado fue fallido y pudo tener graves consecuencias.
El ascensor sólo había subido veinte de los más de cien metros de empinada cuesta cuando, por circunstancias que todavía no han podido ser aclaradas, se detuvo, retrocedió unos metros y, cuando los mirones que presenciaban la operación desde la base del monte ya se temían lo peor, se quedó atascado. Los intentos para volver a poner el artilugio en marcha resultaron infructuosos y dos horas después se decidió la evacuación del alcalde y su séquito.
Tras la excarcelación, Losada y algunos de sus más estrechos colaboradores ascendieron a pie por la ladera hasta coronar, 80 metros después, la cima. El chófer recibió la orden de descender para recoger el coche oficial, que habían dejado en la base. El incidente no pasó desapercibido para el público que se congregaba en la base del elevador. El alcalde trató de salir con discreción, acompañado de sus colaboradores.
El portavoz del Gobierno local trato de restar importancia al accidente y lo calificó como "una prueba de frenada y evacuación del ascensor", aunque finalmente reconoció que ni el alcalde ni sus acompañantes tenían previsto ser evacuados del elevador y tener que ascender el monte a pie.