jueves, 12 de abril de 2007

La sonrisa del alcalde

Feliz. Así se mostró el alcalde, Javier Losada, ante la sentada y los abucheos que le dedicaron los funcionarios a la salida del acto de inauguración del local de la Federación de Asociaciones de Vecinos en el Birloque. La sonrisa sólo se borró de su rostro para ordenar a la Policía Nacional que identificase a uno de los manifestantes que se había acercado para gritar "¡fuera!".

El alcalde llegó al evento con media hora de antelación, por lo que los funcionarios tuvieron que esperar a la salida para reivindicar su disconformidad con el Gobierno municipal. Aunque se les impidió la entrada al local, cuya puerta estaba custodiada por varias personas, una mujer salió del recinto para alertarles de que había una ventana abierta desde la que se les "escucharía mejor". Los manifestantes no dudaron en acercarse al único hueco que no estaba cerrado, pues todas las ventanas estaban selladas y las persianas bajadas, para comenzar a entonar frases como "Moito lambón hai na Administración" o "Vamos a contar mentiras...". Los asistentes al evento intentaron cerrar la cristalera, pero fueron incapaces. "¡No os amarguéis la fiesta por ellos!", repetía una y otra vez la concejal de Urbanismo, Mar Barcón, para tratar de calmar los ánimos. Sin embargo, alguien tiró el líquido de una copa a los manifestantes y durante el forcejeo se rompió la persiana.

José Antonio Folgueira, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, denunció el hecho ante la Policía Nacional. "Nosotros no tenemos la culpa. Ellos verán qué hacen... Están en su derecho de reivindicarse, pero lo que están haciendo es cortar la libertad porque el movimiento vecinal no tiene nada que ver", explicó Folgueira.

Los presidentes de las asociaciones vecinales mostraron su indignación. "Han roto una ventana en un centro que representa a los vecinos, ¿qué podemos esperar de esta Policía Local? A ver a quién llamamos si tenemos un problema", subrayaba Aure López, presidenta de la Asociación de Vecinos del Orzán -y esposa de un primo del alcalde-, mientras Losada conservaba su sonrisa.